Desde la antiguedad, la monarquía se basaba en el derecho divino que poseían los reyes de gobernar sobre las sociedades, porque tenían el carisma de unificar a los pueblos, así como de recomponer el orden ante el caos social que se daba en éstas. Era un concepto de asociación sobre la sociedad ligado al cosmos universal, caracterizados por ciclos de orden y caos en el universo mismo, lo cual hacía parte de un todo en la mentalidad del hombre de aquella época.
De la misma manera, con la llegada de la modernidad las monarquías se reinventaron para poder sobrevivir.Aquellas que no estuvieron acorde a sus tiempos, fueron depuestas por sus pueblos; ya que el poder emana del pueblo y éste es "la voz de Dios." De ésta forma, se implantaron monarquías constitucionales, en las cuales se separaron las funciones de Estado y gobierno; por lo que hoy en día se tiende a confundirlas.
La prensa confunde las funciones de un monarca, aduciendo que hoy en día son funciones decorativas. Las monarquías de hoy en día tienen un alto grado de importancia, como en tiempos de la Edad Moderna. Las razones son varias.
En primer lugar los monarcas viven en regiones donde la prurietnicidad está a la orden del día. Una plurietnicidad no siempre tolerante, que necesita una figura que los arbitre. Los monarcas se constituyeron en arbitros en las relaciones de poder, para la coexistensia de los grupos étnicos que habitan en sus países. Es una de las razones por las cuales se conserva.
En segundo lugar,a la monarquía le compete la función de administrar los bienes del Estado-mas no de gobierno- tales como fuerzas militares, cultura, servicios hospitalarios, escuelas, teatros, selecciones deportivas, que ayudan a mantener esa coexistencia pacífica que promueva la unidad de su Estado.
En tercer lugar los monarcas están sujetos a universalizar la cultura de su estado en las diferentes naciones que alguna vez fueron colonias, territorios o dominios de Ultramar. Ellos promueven a través de las comunidades de naciones, políticas de lealtad que le permiten a su Estado posibilitar las relaciones culturales, diplomáticas y comerciales de su país con el resto de naciones comunes: sus excolonias. Ellos son los símbolos que permiten esa unión; porque han creado un paternalismo afectivo tradicional mediante la promoción de subsidios a los habitantes de sus antiguos reinos de Ultramar. De la misma manera garantizan una relación estrecha entre éstos y los pueblos de su reino, garantizando la universalización pretendida.
En cuarto lugar, porque deben cumplir con sus funciones de Estado tales como la defensa de la soberanía, promover las relaciones exteriores con las demás naciones, crear lazos de lealtad indisolubles con sus sociedades, que permitan una relación simbiótica entre éstas y la institución monárquica. Tal vez algo anticuado; pero efectivo en dichas naciones que han permitido la monarquía como elemento de su cultura, ya que ha garantizado el cumplimiento de dichas labores con eficiencia.
En quinto lugar, porque los monarcas han permitido la trasferencia de la soberanía al pueblo; lo cuál éste último le concedió la facultad de mantenerse como figura que gestionara los asuntos de Estado, llevando una relación armónica entre ciudadano y súbdito, lo cual permite una política de paz, de equilibrio político que concilia los intereses de los estamentos reales, aristocráticos, burgueses y trabajadores, sin recurrir a políticas violentas, llevando a sus pueblos a formas de entendimientos pacíficos.
Lo cierto es que no todos los pueblos congenian con la monarquía. Muchas naciones las han abolido por diversas razones tales como el autoritarismo, crisis económicas, opulencia, y desidentificación con sus pueblos. Pero, en síntesis, la monarquía en muchas naciones son importantes. No se puede pensar que serán abolidas de la noche a la mañana; porque son actores políticos circunscritos en la modernidad. Solo sus pueblos, soberanos hoy en día, deciden sobre su destino. Apuesto a que nunca serán depuestos, porque cada vez mas se circunscriben en el Estado moderno, con lo cual son consecuentes con la voluntad de sus pueblos. Por eso en sus corazones dicen: ¡Dios salve al Rey!
Rey Guillermo Alejandro de Holanda
Rey Gustavo Adolfo XVI de Suecia
Rey Harald V de Noruega
Rey Juan Carlos I de España
Rey Alberto II de Bélgica.
Reina Margarita de Dinamarca
Rey Norodom Sihanomi de Camboya
Rey Bhumibol Adulyadej de Tailandia.
Rey Mohamed VI de Marruecos.
Reina Isabel II de Reino Unido de Gran Bretaña.
No hay comentarios:
Publicar un comentario